domingo, 7 de septiembre de 2014

SEGUNDO PASEO EN PIRAGUA, POR LA BAHÍA DE LA HERRADURA


            Salimos a la cuatro de la tarde desde Salobreña en dirección hacía la Herradura, a las cinco de la tarde del jueves 17 de julio hicimos los preparativos para iniciar el recorrido mi hermano Jesús y yo en una piragua doble que tuvo que soportar un peso de 220 kilos, acompañado por la gran experiencia de Fernando Arcas todo un conocedor de los entresijos del mar y el tiempo. El agua estaba un poco picada y conforme nos dirigíamos hacía los acantilados de Cerro Gordo las olas se iban haciendo más pronunciadas, pasando a ser un oleaje largo que dificultaba el esfuerzo de salida; la motos de agua, algunas embarcaciones y las actividades de buceo en las calas fueron nuestro acompañante en una cada vez más ventosa tarde de ligero poniente.


         Al doblar la punta oeste de la bahía con gran dificultad el siguiente objetivo era la Cuevas de Las Palomas, la verdad que con el oleaje dudaba que pudiésemos llegar hasta allí, pero se encuentra en un recodo protegido por el acantilado y conforme avanzábamos el mar iba perdiendo algo de fuerza. Al llegar y ver el espectáculo natural pensamos que el esfuerzo mereció la pena. Aguas transparente en su interior, con una temperatura inferior al exterior, el agua algo fría y una Virgen del Carmen en la parte alta de sus rocas.

         La vuelta fue en dirección a la playa de la Rijana y unos riscos donde el mar nos indicó que debíamos tomar el camino de vuelta, Fernando pasó magistralmente entre los riscos; el regreso se hizo más ligero al llegar a la bahía y nuestro siguiente objetivo fue una pequeña cala que solo se acceder por mar, allí encontramos un amplio grupo de jóvenes piragüistas   que estaban practicando la inmersión. Nos dimos un merecido baño y ya pudimos sacar la cámara para tirar algunas fotos. Entre risas dada la dificultad de enfilar la piragua hacía el principio de la aventura, partimos hacía nuestro destino con un esfuerzo más ligero que el de la salida.