Tendría cuatro o cinco años
cuando mi madre me llevó en la plaza Morales que ahora se llama Plaza de Gloria Alta, a una escuela de
las de antes, de un solo maestro y sus ayudantes que eran alumnas más
avanzadas, dirigida por una maestra muy respetada en el barrio Doña Matilde Fuentes. En mi primer día
la ayudantas me enseñaban con repetición reiterada las primeras vocales, en mi
interior me preguntaba que hacía allí, más tarde entendería lo importante de
estos primeros pasos.
En tercero de bachiller
después de aprobar el curso mi madre me llevó a la Academia de Don Pedro para aprender algo de Mecanografía en una de aquellas enormes máquinas; así como el Sistema de Ecuaciones con el gran maestro Paco Correa en una clase llena de féminas, puedo decir que aprendí
más de lo que podía pensar.
En el curso de primero de Química en la Facultad de Ciencias me tope con el gran obstáculo del catedrático de Física que afirmaba en
cada examen trimestral que me copiaba de los problemas que ponía, sacándome al
estrado en una abarrotada clase sin darme opciones para aclarar la cuestión;
también me daba Geología que la fui
aprobando durante todo el curso con nota y que con la excusa de que me faltaba
algo en el Cuaderno de Prácticas me suspendió tanto en junio como en septiembre,
estaba sentenciado.
Nunca entendía que me
estuviese pasando esto, sin encontrar otra opción que volver a repetir y ante
la disyuntiva de volver a caer con el mismo profesor opte por cambiar a
Magisterio rama de Química; después de muchos años dándole vuelta a semejante
jugada, llegué a la conclusión de que indirectamente me hizo un gran favor
porque fui muy feliz en mi desarrollo profesional, por supuesto que al curso
siguiente saqué muy buenas notas tanto en Física como en Geología que me
gustaban bastante las asignaturas. Ese mismo año el catedrático de Matemáticas, Sr. Ocón, en primero me ocurrió la misma historia, vuelta a salir
al estrado con la excusa de que me había copiado si darme la opción de saber de
quién; al final de curso fui uno de los pocos que aprobaron en junio de los
cuarenta y tanto alumnos, a pesar de ponerme algo más de cero en los exámenes
trimestrales.
La respuesta la encontré en el aprendizaje de la resolución de
ecuaciones en las clases de Paco, esos sistemas son la base para todo tipo de
resolución de problemas avanzados matemáticos, físicos o químicos; con una base
datada de contenido de formulas se pueden resolver cualquier cuestión, mi
profesor de facultad no tenía ni idea.
Durante mi etapa
profesional me interesó muchísimo la matemática, el Universo fue creado por un "dios matemático", lo digo con minúscula por las imperfecciones que encontramos
los humanos en el desarrollo matemático y los distintos números especiales que
utilizamos para acércanos a la verdad; Dios con mayúscula es otra cosa.