Domingo: 22/12/2019.
Amanece por el hueco de la ventana, veo la Luna y su reflejo doble sobre
el cristal, me pregunto si cada conciencia no es sino una visión particular de
los mundos infinitos del Universo multiplicándose a sí mismo. El viento mueve
las hojas y los rumores de las almas que se despiertan a un nuevo día,
provocando una amplia gama de sonidos y crujir de estructuras. Duermen todavía
el trinar de los pájaros que tardan el anuncio del despertad a un nuevo día.
Busco el secreto del cuarto día que me ratifica que abro una nueva puerta a una
parte latente que aflora como agua de una fuente desbordante.
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