La
principal dificultad con que se han encontrado los investigadores de los
informes OVNI han sido ellos mismos. No
han sabido que el “Fenómeno” es tan sutil que sus estudios se hallan marcados
de productos de su propia cosecha, Y estos productos se han convertido en las
hipótesis que manejan.
Si
antes los investigadores OVNI tenían su esquema mental de acuerdo con la
filosofía científica del XIX, hoy los tienen de acuerdo a sus teorías e
hipótesis. Pasan de una hipótesis a otra sin tener en cuenta el problema tal
como es.
Y
para que me vayan entendiendo expondré algunos casos extraídos del archivo de un
aficionado:
1. Miguel Flores, estudiante
por aquellas fechas de 1968 vio en el Puerto de Motril un objeto que estaba
suspendido a pocos metros del agua. Al poco rato desapareció hacia arriba.
2. Un pescador motrileño en
el año 1971 vio mientras pescaba a las 5 de la mañana, una bola luminosa
amarillenta que se hundía en el agua. Fue tal su impresión que se desmayó sobre
la barca. Al despertar se dio cuenta que le faltaba el D.N.I. y las manecillas
de su reloj, aunque el resto de este y el cristal de mismo estaba puesto en su
muñeca.
3. El 7 de julio de 1971 un
doctor y un abogado vieron muy cerca de un antiguo campo de fútbol de “El
Majuelo”, de Motril, un automóvil de marca “Gordini”, que se detenía en el
camino a unos 50 metros de ellos. De él salieron dos hombres vestidos de negro,
con gafas oscuras y corbatas rojas, A los cinco minutos apareció en el cielo un
artefacto oscuro y silencioso que bajó a una hondonada donde hay un bosquecillo
y desplegando una escalera recogió a los dos sujetos, Después desapareció hacia
lo alto…
Estos tres
casos tienen todos la misma cantidad de pruebas que avalan su veracidad:
NINGUNA. Solo nos podemos fiar de los testigos. El primer caso puede pasar por
serio y perfectamente verídico. El segundo caso puede ser cierto pero ya
despierta sus sospechas. Lo de la pérdida del carnet de identidad y lo insólito
de las manecillas del reloj…
El tercer caso
hace reír a cualquier “ufólogo serio”. El primer caso puede ser admitido en un
archivo científico, los otros dos no porque nuestra actitud mental no acepta
esto, nuestra manera de pensar científica es subjetiva. No aceptamos los hechos
tal como se relatan, sino tal como lo ve la CIENCIA OFICIAL.
Y al no
aceptar estos factores de extrañeza de estos casos la investigación para el
esclarecimiento de este “Fenómeno” sigue un camino infructuoso…
José Ayudarte
Granados
Granada, 20 de julio del
1981
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