Jueves, día 1 de enero de 2015:
Los sueños son un lenguaje
especial que están al acecho cuando nadamos por su superficie para regalarnos
sus secretos; no podía ser cierto, me despierto con uno de ellos y el
protagonista principal es mi padre, parece una coincidencia pero es uno de
enero.
Me levanto, son la nueve
de la mañana, silencio, abro la caja de Pandora de mi madre y buceo por el mar
de los recuerdos… Manuel Martín Denia, nacido en Motril el 5 de diciembre de
1919, hijo de Manuel y de Carmen, estado
civil casado, profesión Chofer…
De niño los primeros
recuerdos fueron de luces y jolgorio en el carrusel, dando vueltas en el lomo
de un caballo de madera, subiendo y bajando, galopando hacia lo desconocido. Siempre mi mayor deseo
fue ser como mi padre cuando fuera mayor, la verdad es que ahora con esta
mirada ese ha sido mi principal logro y lo verifico con sorpresa a pesar de que
el carrusel va en sentido contrario a la agujas del reloj.
Se que soñó con vivir en
otra tierra lejana, donde encontrar dignidad y trabajo, pero para los que
vivimos en Motril el mar hace de imán poderoso que te atrapa y te inunda de
nostalgia cuando estar lejos; hubo algunos intentos.
Tendría que añadir muchos adjetivos cuando paseas por los recuerdos de la vida de una persona… sencillez,
amabilidad, comunicativo, entregado a su trabajo, seguidor del CF Barcelona,
republicano, Guardia de Asalto, taxista, muy querido, envidiado, padre, …
Si, padre, ese ha sido el
punto de referencia, el mascarón de proa que guía el velero por el mar incierto
de la vida. El cuarto día ha sido la clave, se ha desvelado un secreto más de
nuestra existencia y estaba dentro de nosotros.
Referencia: Para mi abuelita y tita de su hijo y nieto, Manolo y Manolito
(Encarna)
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